lunes, 29 de julio de 2013

MIGUEL DELIBES: Ruralidad deliberada

     Con el paso del tiempo cambiamos todos, incluso nuestra forma de ver la vida.Con el paso del tiempo, aprendemos a vivir.. Y leyendo los libros de Miguel Delibes este aprendizaje aún se hace más rápido, mas eficaz, como si hubiesemos asistido como alumnos privilegiados a alguna Universidad importante.
    Todo el mundo de mi infancia, vivido y soñado, lo he visto perfectamente retratado en Delibes : las palabras, los hechos, los árboles, los animales, las miradas, los pájaros, las manos,los oficios, las tensiones, las clases sociales, los miedos, las vergüenzas, los misterios.
     Delibes me retrotrae a tiempos idos.Recuerdo ahora, con alegría el misterio: "La hoja roja": La ternura olvidada entre los dedos.Decía un amigo mio, lleno de desamor, que todos llegaremos a la hoja roja, pero hasta que llegue ese momento hay que utilizarla bien.Una de  ésas  maneras es leer y empaparse de Delibes.
     Su ruralidad esta ahí en el castellano, en el sentir y expresar;en la contención, en el sentimiento.
     Sus estudios, su periodismo, sus enseñanzas forman parte de su biografía., pero nos queda de él fundamentalmente   su palabra y su hombría de bien.
     Títulos que se agolpan en mi memoria: "La sombra del ciprés es alargada", aquellos libros de mi adolescencia publicados por Destino en la colección Ancora y Delfín, y que yo siempre observaba como los leía  D. Eduardo, mi `profesor de literatura.; "El camino" con reminiscencias vividas, para mi, mis paseos solitarios, aquellos versos:"...¿a donde el camino irá?...""Mi idolatrado hijo Sissi"; "Diario de un cazador", tal vez, la actividad donde menos reflejado encuentro mis vivencias, siempre alejado de  esa violencia, aunque fuera natural.
     "Siestas con viento sur" porque las siestas no pueden ser de otra manera; "Las ratas" con impresión perdurable permanente;"Cinco horas con Mario"tan comprendida en la madurez aunque no tanto en la adolescencia;  "El príncipe destronado"utilizado como lectura por los alumnos de Primaria;"Las guerras de nuestros antepasados"; "Viejas historias de Castilla La Vieja" llevando siempre el pueblo escrito en la cara y encima teniéndolo a gala;" El disputado voto del señor Gayo" y tantos otros que no cito.
     Solo quiero seguir oyendo música, la música de sus palabras, mientras "... las crestas de granito desfilan vertiginosamente, desde la ventanilla..." en el tren que me lleva a otro tiempo escondido en la memoria.
   
   

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