lunes, 24 de febrero de 2014

ARTICULOS LITERARIOS




                                               DON      ALBERTO


          Don   Alberto era un médico de pueblo, con toda la carga que ello lleva encima. Era un médico rural, de los de iguala y escaso conocimiento científico; todo  ello equilibrado por su cuidado y preocupación por los enfermos.Lo que la ciencia no curaba podía verse atenuado por la generosidad de sus visitas a los que
pagaban religiosamente el impuesto sanitario, como lo conocían los que no podían pagarlo.

         D. Alberto era un hombre de traje, que siempre me llamaba la atención por la blancura de sus manos que contrastaban con la morenez del resto de los habitantes del pueblo.

          Tenía D. Alberto una hija única, guapa,joven , hermosa y atrayente para los mozos de aquel lugar. Olia diferente al resto de las mozas, vestía de otra forma, no realizaba trabajos en el campo y además tenía la piel muy fina y cuidada. Respondía al nombre de Fernanda; nunca pude entender que tras aquella imagen pudiese esconderse nombre tan feo.

         Los mozos del lugar tenían por costumbre rondar en Mayo, cuando la naturaleza como su vivir tenía su máxima pujanza, a las mozas del pueblo.Tras el canto de los  "mayos", se escondía el rendir pleitesía a la belleza, halagar a las mozas jóvenes escogidas y obtener algunas monedas que sirvieran  para poder tomar vino en alguna taberna del lugar. Ello hacía que siempre se escogiese no solo a mozas guapas sino pertenecientes a familias acomodadas.

          Por considerar, que en Fernanda y D. Alberto se daban los requisitos anteriores, se decidió en concejo abierto de los jóvenes del pueblo cantar  "Los mayos", a la familia del médico.

          Se presentaron, ya caída la tarde y cercano a la medianoche, frente a la casa de D. Alberto, interpretando cantos y jotas aprendidas y transmitidas de padres a hijos, y tras el ruido y jarana establecida, se asomó D. Alberto al balcón diciendo:

           -¿Que quieren  a estas horas?.
          Tal vez pensando que algún enfermo pudiera requerir sus servicios.

          El mozo que parecía llevar la voz cantante proclamó:
          -D.Alberto, venimos a cantarle a usted y a su hija , Fernanda, "Los Mayos".

         A lo que con un deje de agridulzura y mala uva contestó el doctor:
          _¡Que coño mayos ni junios,...marchen, marchen.


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