miércoles, 17 de abril de 2013

HEINRICH BOLL: Voz Actual

     Corrían y nunca mejor dicho , los años de mis estudios de Maestro en Ciudad-Real. Escaso dinero
para mi ocio, alguno detraido para ir comprando libros, valorando la calidad y su precio. Por ese tiempo de abrigo largo y duradero, suena el nombre de un novelista alemán premio Nobel: Heinrich Boll. Compro una novela breve: "El pan de los años mozos" de la editorial Seix Barral, en traducción de Feliu Formosa. Gran descubrimiento.
     Los buenos novelistas no solo resisten una lectura, sino varías, y los ya , muy buenos, relecturas distintas y diferentes, con puntos de vista encontrados.  
     Hoy vuelvo a  aquéllas hojas y me acuerdo de lo que ha quedado en mi como lector. Nunca viajo demasiado porque no he tenido dinero para ello y tampoco he sentido la necesidad. No obstante a través de la literatura he conocido países y ciudades, personajes...Veía a Kafka en cada libro de Boll y me permito citarlo así, con familiaridad:
     "...era lunes , y ese lunes por la mañana, antes que mi patrona deslizara por debajo de la puerta la carta de mi padre..."
     Sueños, como toda literatura, sueños escondidos tras los argumentos que aunque lejanos esconden ideas propias.
     Leer con facilidad, conseguir que tus tardes de domingo depresivo se llenen de músicas y letras, eso es lo que en todo tiempo, tras el bullicio has ido construyendo en la distancia.Heinrich Boll que ahuyenta la algarabía de las fieras modernas, el sonido de las luces de neón, y los voceros gritando en todos los medios.
     Las palabras , cuentan los poetas, que no solo son medios  sino fines. Si lees con delectación: "...cruzaba el oscuro acceso al patio de la escuela" y  acaba de aparecer en tu memoria los años rotos de tui infancia, que no eran tan bellos  como lo cuentan.
     Y tú, joven o no tan joven, tal vez no puedas entender que ahora leemos, y debemos hacerlo"...donde antes estaba colgado  el retrato de Hitler..." tú puedes colgar la imagen de cualquier dictador al uso.
     Y crecías en sociedades muertas, donde el luto y el gris formaban parte del vivir existencial.No era necesario que nadie se vistiese de existencialísmo progre, se practicaba a diario para sobrevivir.El hambre, sin ser acuciante, estaba revestida de sueños idealizados.
     Y cuantas veces me he visto retratado  en la literatura de Heinrich Boll.
     "-No seras nunca nada...no llegarás a nada"
     A veces pienso que lo utilizo con mis hijos  sin sentido, cuando estoy enfadado, desmadrado y sin control. Y no es necesario llegar a ningún sitio, porque el sitio autentico, casi siempre es la nada, si estas lúcido.
     Aquel pan que D. Timoteo nos decía que atontaba("Coman pan , coman pan, que atonta") porque tenía razones económicas y administrativas para no dejar que nuestro consumo acabara- según él- con las finanzas del colegio. Pan sinónimo de termura, de consumo necesario y básico.
     Los tiempos pasan y nos acercan literariamente a nuestro origen. Siempre pensando que todo pasa y sin embargo,lo que pasa es lo menor.
     Somos, sin quererlo, verdugos de nuestros conocimientos que en multitud de ocasiones nos acercan a los estereotipos que hay que abandonar. Recuerdo aquellos viejas clasificaciones, aquellos teóricos para andar por casa, que quedan , destrozando esta literatura combativa y mansa de Boll.
     Tantos recuerdos agolpados al leer al novelista alemán te hace recordar la necesidad de encontrar lo que buscas en las vivencias propias y ajenas.
     La literatura te ayuda a entender. En los tiempos de confusión, solo ella da luz. La luz verdadera, la otra no sirve para nada.
     También hay ecos musicales en la novelistica de Heinrich Boll, puedes pasar de Charles Aznavour a Bach sin remisión; todo cabe en una breve y buena novela como :"El pan de los años mozos".
     Y descubrimientos: "...con aquellos ojos que tienen   las mujeres que quieren poner orden en la vida de los demás". Tú busca esos ojos y los encontrarás acechantes, endiablados, persiguiendo carreras sin lugar.
     Boll tiene grandes lineas, grandes títulos y sobre todo tiene coherencia moral.Tan de hoy y no obstante tan necesario, recordad, no se puede escribir  lo contrario de lo que se vive, aunque muchos lo hagan.
     Heinrich  Boll plantea como todos, preguntas, pero esas interrogaciones tiene la salida dentro de sí; la solución inexplicable que la humanidad busca en la soledad nocturna, en el desierto de las ideas, en la necesidad de Dios, en las religiones fanatizadas y tan actualizadas.
     Critica envolvente en estos tiempos de frivolidad.Heinrich Boll, raíz profunda de hombría y amante de la paz, de su mujer, gritos desgarrados en su pluma para explicar las sinrazones de toda guerra,de su pacifismo, de rendición frente a violencia, de ghandismo vivido en totalidad.
     Heinrich Boll: voz actual.

Etiquetas: